Desde que comencé a vivir con la madre de mi nuera, Mayu, mi marido se ha sentido perseguido por una evidente atracción sexual. Miré el dormitorio tratando de controlar mis crecientes deseos. Lo que vislumbré fue un cuerpo más perfecto de lo que imaginaba. Un contorno de cuerpo obsceno era claramente visible en sus hermosos y grandes pechos que estaban a punto de romper el ajustado sostén correctivo. Una zona selvática no se puede disimular con telas modestas. Me quemó impotente el cuerpo de la cosa que babeaba….